sábado, 8 de octubre de 2016

lunes, 16 de marzo de 2015

Marcas de Pianos

Dicen los que saben que en el mundo existen o han existido más de doce mil marcas de pianos. No hablo de líneas o de modelos, sino de Marcas; es decir, fabricantes que en algún momento estuvieron registrados y tuvieron una producción efectiva de pianos, en mayor o menor escala y con una gran diversidad de calidades y precios.


De todas estas marcas una cantidad significativa son estadounidenses, y la inmensa mayoría fueron fundadas en el lapso comprendido entre 1825 y 1920. Esta increíble explosión de marcas al principio se concentró en Nueva York y Boston, pero con el tiempo fue extendiéndose a otras ciudades, sobre todo a Chicago.


Como era de esperarse, esta actividad tan intensa desarrolló una competencia feroz entre los productores, tanto en el aspecto técnico como en el comercial. También sucedió que, fiel a la mentalidad de Norteamérica, se sucedieron toda clase de eventos mercantiles entre los fabricantes, no siempre éticamente correctos: marcas fuertes que absorben a otras más pequeñas, fabricantes que se unen para competir contra otros hasta hacerlos caer y posteriormente desaparecer, y otras historias que por sí mismas bastarían para hacer todo un tratado de economía capitalista.


En Europa sucedió algo similar, aunque a menor escala. Desde principios del Siglo XVIII los fabricantes alemanes adquirieron rápidamente una sólida reputación, a pesar de que sus competidores de otras nacionalidades procuraban por todos los medios contender tanto en calidad como en niveles de producción.  Esa competencia, que también ha sido muy intensa, ha provocado situaciones como la formación de uniones estratégicas que dan lugar a diversas marcas comerciales dedicadas a promover ventas.


En las últimas décadas, productores asiáticos ha entrado también al mercado siguiendo la misma tónica. En un principio dominado por japoneses, fueron añadiéndose fabricantes coreanos, chinos y malasios entre otros, aunque a la fecha no han logrado en general los niveles de calidad de sus contrapartes europeas y americanas.


Esta situación ha provocado otro efecto notable: comercios que con el tiempo se han hecho fuertes compran la producción de distintos fabricantes que no necesariamente cuentan con los mismos niveles de calidad, y que por lo tanto venden en distintos rangos de precio. Frecuentemente, el comerciante usa el nombre que adquirió de una marca otrora de prestigio, pero que ya dejó de producir, para colocar en el mercado pianos de dudosa calidad. Esto es algo muy común por ejemplo para introducir pianos asiáticos al mercado norteamericano.


Se ha visto incluso que pianos de la misma línea de una fábrica se venden con diferentes nombres de marca a precios distintos.
Otra práctica comercial, especialmente cuando el vendedor no tiene la propiedad de un nombre de reputación, es la creación de una “marca” de nombre similar a alguna de prestigio, caso que se ve sobre todo con nombres “germanizados” dado el prestigio de los fabricantes de aquella nación, aunque los pianos sean de fabricantes americanos o asiáticos.


Ahora bien, ¿Cómo puedo saber si un piano fue efectivamente elaborado por un fabricante o si solamente se le ha colgado una marca?
La mejor forma de averiguarlo es a través del número de serie del instrumento. Al igual que sucede por ejemplo con el chasis de un automóvil, los fabricantes distinguen sus productos mediante el uso de un número de serie, que por norma general es secuencial: esto significa que a cada piano producido se le asigna un número a partir de un consecutivo que se lleva desde el inicio de actividades de la marca.
Una marca seria que produce varias líneas de pianos suele añadir una nomenclatura en letras para diferenciar cada una, pero nunca altera el consecutivo del número de serie. Por ejemplo, la marca puede tener una serie “G” (de Grand) para referirse a sus pianos de cola y una serie “U” (de Upright) para los verticales, y así haber producido un piano G-10000 de cola seguido de un piano vertical U-10001.


En el transcurso de los años, los fabricantes serios han publicado sus relaciones de número de serie por año de fabricación, hasta la fecha o en su caso hasta el momento de descontinuarse la producción de la marca. De esta forma, consultando el número de serie se obtiene el año de fabricación y la certeza de que fue elaborado por ese fabricante.
La relación de números de serie por año de fabricación de muchas marcas puede consultarse fácilmente en la red, por lo que no se necesitan mayores conocimientos ni experiencia para obtener esta información. No obstante, si tú, estimado lector, tienes pensado adquirir un piano usado, y especialmente si te interesas por un piano que te sirva para iniciarte en el camino de la música, siempre te recomendaré que cuando vayas a verlo te hagas acompañar de tu maestro de música o de un técnico especializado para valorar a conciencia lo que vas a comprar.


Te deseo una compra exitosa!

miércoles, 11 de marzo de 2015

PIANO DE COLA VOSE & SONS

Pianofonte te ofrece este piano de cola usado Vose & Sons barnizado en color café; incluye su banco. Tiene un precio de $80,000.00. Sus medidas son 1.40 m. de largo, 1.46 m. de ancho y 1.02 m. de alto con un peso aproximado de 240 kg. Por su longitud se clasifica como de cuarto de cola.


Su mueble está en excelente estado general, tiene teclas de acrílico y su máquina se encuentra en excelentes condiciones. Su sonido es intenso y agradable.


Lo entregamos afinado a 440 Hz. y garantizamos por un año el cabezal, las clavijas y la tabla armónica, siempre que el piano se mantenga en condiciones normales de temperatura, humedad y uso. El flete corre por cuenta del comprador.


Sobre la marca:
Como la mayoría de los fabricantes bostonianos, Vose & Sons llegó a construir pianos de excelente calidad. La firma fue establecida en 1851 por James Whiting Vose, que se rodeó de ebanistas y constructores de pianos artesanales venidos de Europa en la segunda mitad del siglo XIX, sacando enorme provecho de esa mano de obra tan especializada. La firma construyó pianos cuadrados, verticales y de cola hasta que fue absorbida por Aeolian-American Co., que siguió produciendo instrumentos con ese nombre hasta su desaparición en los ochentas, distinguiéndose siempre por los altos niveles de calidad de sus productos.
Asociados a
# 1 en venta de pianos usados

Presentación

El 18 de diciembre de 2014 va a ser una fecha que no olvidaré fácilmente.

Parecía un día normal. Poco antes de las nueve de la mañana llegué a mi escritorio y comencé la rutina diaria de trabajo. Eran aproximadamente las diez y media cuando me llamó mi gerente, pidiéndome que fuera a su oficina.


Al llegar, me encontré con que estaba acompañado del jefe de Recursos Humanos del Corporativo, que de inmediato me soltó la bomba:
-Tengo instrucciones de la dirección general de separarte de tu cargo.
A las tres de la tarde estaba recibiendo mi liquidación de manos de una impersonal funcionaria de la Junta de Conciliación.


Lo que sucedió entre ambos hechos me pasó como en un sueño. Todo estaba terminado. Casi quince años de mi vida dedicados a la empresa se acababan de hacer trizas, cuando ya hasta me permitía soñar en una no tan lejana jubilación.
Puedes imaginarte lo que sucedió después.  Una severa depresión se apoderó de mí. No es ninguna novedad que la situación económica de los mexicanos es sumamente precaria y que las tasas de desempleo son muy altas. Hasta ese momento, tan difícil escenario sólo lo había vivido de pasada, pero ahora se me presentaba como una brutal realidad, complicada por mis 56 años de edad: conozco varias personas que a estas alturas de la vida se han quedado cesantes, y los meses se les han vuelto años sin que puedan colocarse nuevamente en el mercado laboral, ni siquiera en algún puesto de mucho menor jerarquía y con mayor carga de trabajo, situación nada extraña aun tratándose de jóvenes profesionistas con experiencia.


Pero la vida continúa, así que no tuve más remedio que evaluar mis posibilidades reales de encontrar un  empleo o de poner un negocio. Y entonces sucedió. Llámalo suerte, intervención divina o como quieras, pero de pronto me encontré con una muy generosa oferta: vender PIANOS.


A mí, como a mucha gente, me gusta la música; incluso en alguna ocasión empecé a aprender guitarra, proyecto que finalmente no llegué a concretar. Por eso fue que acepté encantado la propuesta, y de inmediato puse manos a la obra. Por experiencia sé que si vas a vender algo, tienes primero que informarte sobre el producto, siquiera para saber qué decir a un cliente.


Así fue como se me abrieron las puertas del mundo del piano. Y al cruzar el umbral, he encontrado una aventura fascinante que ha despertado en mí un sinfín de motivaciones, empezando por una muy sana intención de aprender a tocar este maravilloso instrumento, que de seguro servirá como el mejor complemento posible para mi nueva actividad.
También he decidido que quiero compartir contigo, estimado lector, este singular proceso; y para lograrlo he iniciado un blog al que he puesto un título que define mis sentimientos al respecto:



Gracias por acompañarme!